lunes, 27 de agosto de 2018



''SU GENTE SENCILLA''

''... Entre brumas de agosto, se siente la llovizna tímida cayendo sobre la tierra.  La tarde va abrazando las colinas, y el paso de la noche se acerca a mi hermosa Tierra de Santa Lucía.

-Hola Don Tulio ¿cómo dice que le va yendo desde ay?''- se escucha la voz de una dulce señora.
-Hola Doña Toña, pues aquí llegando del trabajito-  responde con calidez aquel señor.

Se ve la luz encendida de las casitas, entre los cristales de los ventanales que se interponen entre la brisa y el calor de hogar. El ''fogoncito'' encendido a toda braza, con los tizones ardiendo entre el crepitar de la leña  y el humo blanco que transportaba el aroma de los frijolitos arreglados.

- ¡que rico que huele ahi adentro doña Toñita! - se escuchaba la voz tosca pero dulce a la vez de don tulio desde el otro lado de la cerca.
Dos troncos con un remedo de alambre de ''púas'' que apenas y se podía ver ya por el grisaseo de la noche que cantaba con sus grillos el anuncio de su llagada..

 -Véngase pa' acá don Tulio, no quede ahí tan ''solillo''  de todas formas aquí cabe una silla más y total le echamos más agua a los frijoles pa que alcance-

Eso fue como música para los oídos de don Tulio, que no dudó en aprovechar los segundos de invitación para brincarse la cerca y llegar al patio de Toñita.
Mientras tanto el brillo de las luciérnagas era mas notorio, como si fuese un baile de lentejuelas entre la oscuridad que escondía poco a poco los lirios.
Ese aroma de noche quieta y serena, con cielos despejados y una luna bailando entre los cielos que cubren los senderos cafetaleros de Santa Lucía.

Con una pieza de pan, y un plato de frijoles arreglados, don Tulio y Doña Toña sentados  en la mesa de madera  disfrutando aquel momento de amistad entrañable.
El pasar de los años no se notaba en los dos ancianitos que se conocen desde pequeños. Que vieron nacer este pedazo de tierra con su esfuerzo para sus hijos.

La noche ha llegado contenta al baile y los murciélagos dejan sonar sus ''aleteos''  entre la oscuridad como aplaudiendo el concierto de las gotas de rocío que caen de los tejados, anegando las flores de veranera que van reverdeciendo poco a poco durante el invierno.

Se ve una braza tenue,  brillando entre la oscuridad de un pasillo. Don Neno que abrió la puerta y se detuvo en el marco que lleva al saguan a fumarse su tabaco. Aquella pipa de madera que llenaba y no dejaba de besar cada segundo como si estuviese enamorado de ella.

-Buenas noches Don Tulio- sonó desde la puerta la voz de Don Neno...
-Buenas noches don Neno ¿cómo dice que la va desde ay?- dijo don Tulio.
-Pues yo ya voy pal rool , ya está haciendo sueño y voy a morirme un rato hasta que llegue mañana-
exclamó entre risas Don Neno -
-Bueno amigo que descanse en paz - contestó don Tulio entre risas.

Juegos de amigos de muchos años, de gente cálida y hogar en los campos de Puriscal.  Que nostalgia... como para que no se acabara nunca esa gente tan sencilla...

Rapherty Villalobos Soto
Costa Rica
derechos reservados de autoría
2018
IMAGEN DE LA RED
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viernes, 10 de agosto de 2018


HUELE A VIDA...

En el paso de Quebrada honda, sobre el río ''Pacacua'' carretera al cerro ''El Burío'' donde se unen los pueblos de Acosta, Guayabo de Mora, Ciudad  Colón , Puriscal y Tarbaca. Entre los caseríos de Palmilchal, y los Barrios indígenas de Quitirrisí.
Una cortina de niebla espesa se impone sobre los caminos, besando los cerros de Bebedero, y las montañas del Barrio San Bosco. Donde los montes y pastizales se inclinan ante la bella naturaleza de la época de inverno que abraza mi linda Costa Rica en el mes de Agosto. Se ven y se sienten las pequeñas gotas diminutas que viajan en el viento. Tomando colores variados contra la luz del sol que de forma tímida inicia su aparición sobre las colinas. -Un espectáculo hermoso ver en el mirador de Quitirrisí como la neblina se esparce lentamente ante el paso del astro rey con su calor. La arboleda que se ubica sobre los caminos con gotas de rocío cual sudor de la naturalidad que el clima regaló durante la noche y madrugada pasada., imponentes pinos y árboles de guarumo, cipreses verdes que son usados por las aves para anidar y esconder a sus pichones del viento... El agua que de los montes baja por el caudal de la quebrada agresiva que se une al río. Chocando contra las piedras como dando un grito desesperado por seguir su carrera hasta donde lo lleve el tiempo. Pareciera que con solo extender la mano, tuvieras la potestad de dejarte un trozo de niebla como adorno para tu casa. Levantas la mirada y todo el blanquecino cubre incluso como manto de dormir el mismo azul del cielo que se asoma solo por momentos. Las pequeñas casas con sus gentes sencillas abriendo las ventanas de madera para que el frescor impregne sus adentros.
No hay forma de no enamorarse de esta tierra y dejar huir desde muy hondo del alma aquel suspiro que te hace sentir el dueño de todo lo que miras.
El colorido verde de las hojas de la flor de veranera, que aún no da su primer floreada pero que se cuelga de los portones y las entradas de los hogares. Los almendros en los jardines de algunas casas dando sombra, el polvo de los caminos aplacado por la lluvia de anoche, y las macollas de zacate extendiéndose como enredadera sobre las orillas de los trillos y los senderos.
Las matas de café ya se ven con sus retoñar de flor, avisando que se acerca la temporada de cosechar, de tomar el fruto dulce de sus ramas, y llenarse de dignidad y esfuerzo cual trabajador esmerado.
Es imposible no ver todo lo que en este momento la niebla tapa cuando voy de camino por Quebrada honda, sobre las faldas de los cerros y el descanso de las colinas. Huele a pasto fresco, a cafecito y a añoranzas de terruño.
Huele a libertad dulce y hermosa. Huele a vida y a neblina fría y deliciosa  como la misma vida que podemos respirar...

Rapherty Villalobos Soto
Autor de Ilusiones
derechos reservados Costa Rica.
2018 para el Blog Así es mi tierra.
Imagen Tomada de la red y el autor


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Cae la tarde

 Cae el atardecer sobre las montañas josefinas, se adorna la capital con su frío veraniego dando un matiz ambarino a los pasos de la gente q...