jueves, 11 de abril de 2019


EL REGRESO DE LAS LLUVIAS.

Ya se oyen los abuelos hablando del canto de las primeras lluvias. Se nota el cielo abriendo el paso a las nubes cargadas de bendita tormenta.
Llora su lamento el yigüirro entre los ramajes de los árboles del campo, pidiendo al Creador que deje caer las gotas cristalinas de la lluvia para que haya alimento en el mundo. Huele a tierra mojada, a aguacero en los campos de Puriscal. Y los truenos que anuncian en los potreros la caída del milagroso líquido que reverdece los pastos, que hace que e ganado se reúna todo bajo las ramas del árbol más grande contemplar la  niebla que domina poco a poco todo a su paso.
Ahora se escucha el tintineo sobre los tejados, como música suave en un concierto de amor sobre la tierra, se va humedeciendo el polvo de los caminos, se llenan de gotas danzarinas las hojas en las matas de café haciéndolas brillar, el ''maicito'' como dice don Lupe, se ve alegre recibiendo el beso de la tormenta, y la quebrada del Barrio Santa Lucía, por donde está la entrada de la cachera, empieza a crecer su caudal con el agua fecunda que llena su paso.
Se han cargado las hojas del sauce llorón, con lluvia anunciante del atardecer, y el poema del cedro que cubre toda la calle, se ha escrito esta tarde con tinta cristalina caída del cielo.
Y los abuelos sentados en sus mecedoras, mirando como el calor desaparece junto con el polvo al caer tremendo aguacero.
La abuelitas en la cocina preparando el cafecito pa' calentar la garganta, con la ''arepitas'' recién pasadas por el comal, solo el humo se puede escapar por la chimenea de la cocinita e' leña, sin que la lluvia intimide su fuga al más allá.
Huele a  campo, a polvo recién anegado. Se siente la alegría en la tierra que durante el verano estaba en su agonizante aridez y ahora está renaciendo como rosa en pleno madrugar. Se han pintado de sueños los cielos, con sus grisáceos colores  escondiendo los cerros de Carit y Barbacoas...
La noche está por llegar y en medio de la partida del día la brisa dispuesta a arrancar algunas pocas gotas de lluvia de las arboledas, para llevarlas volando hasta los ventanales de las casas de campo, para que los abuelos digan a sus hijos y nietos -es hora de abrigarse ya-
Ha vuelto a llover en Puriscal, se ha enlodado el camino y se han lavado los tejados. Ahora es tiempo de anunciar la llegada del invierno y despedir al verano...

Rapherty Villalobos Soto
Autor de Ilusiones
Costa Rica
derechos reservados 2019.
Resultado de imagen para aguacerosResultado de imagen para imagenes de yiguirros


miércoles, 3 de abril de 2019

EL SABANERO

Galopaba el viento de la tarde sobre el lomo del caballo sabanero, sujetado de la crin cual jinete que recorría la sabana levantando el polvo del árido terreno de la pampa Liberiana.
Se notaban los colores ambarinos que colgaban de las ramas del majestuoso árbol de guanacaste, aquellos rayos que del sol derramaban la anunciada tarde a pinceladas de rojo soñar entre las nubes. Solo se podía oír el grito del campesino que con sus pasos fuertes y su mano morena de tanto estar bajo el sol, empezaba a llamar al ganado para los corrales...
El perro corriendo entre las reces, como fiel guía para que ninguna se fuera a perder. El polvoriento camino que solo era la huella de un verano arrasador en todos los pastizales.
El paso firme del caballo criollo, imponiendo sobre la aridez su paso de transporte, llevando al sabanero sobre sus lomos, galopando en círculos, y cargando sobre una silla hecha a mano el mecate y el machete como únicas herramientas de aquel hombre en cuya tarde liberiana está su libertad.
Sopla el viento al dar las  cuatro de la tarde con treinta minutos, y en la cordillera que rodea la planicie se nota como el sol se va escondiendo, las nubes se han teñido de color naranja,  y la soledad nocturna anuncia su llegada en la hermosa tierra guanacasteca. Liberia, mi blanca ciudad, donde la noche se hace reina de una luna que solo el amor puede colgar.
Allí te vi sabanero, con tu sombrero puesto y el pañuelo rojo rodeando tu cuello, sujetando la cuerda de los caballos, arriando los bueyes con su carreta, con tus pies descalzos dejando pasos de sencillez, y el cuchillo ''amarrao al sincho'' como buen trabajador. Con las mangas de tu camisa blanca recogidas, dejando que el sol cambie tu tono de piel, creando la callosidad en tu mano debido al trabajo de hombre valiente, de hombre sin comparación.
Galopaba el viento sobre la tarde sabanera, arrullando los follajes del imponente árbol de guanacaste, saludando las flores de veranera que guardaban las entradas a las fincas como finos guardianes de una tierra llena de libertad.
El sabanero con su grito alegre y su corazón ardiendo, solo mira como la luz cambia de tono en aquellas noches liberianas que jamás se han de olvidar...

Rapherty Villalobos Soto
Costa Rica
Autor de Ilusiones
derechos reservados 2019
Imagen de la red
Resultado de imagen para imagenes del sabanero  guanacasteco


Cae la tarde

 Cae el atardecer sobre las montañas josefinas, se adorna la capital con su frío veraniego dando un matiz ambarino a los pasos de la gente q...