De mi tierra ''puriscaleña'' donde la mañana se hace lenta a pesar de los minutos acelerados. Escondida entre los cerros llenos de verdes prados, de gente linda, labriega y sencilla. De ahí soy, de las calles de piedra con frondosos ''cañales'' de gente descalza y humilde que conoce su laboriosa vida desde las entrañas de la juventud. De los sonidos del ganado rumbo a las cumbres, del viento cortándose entre las hojas del níspero y el mango. De ahí soy, de las pequeñas villas de ''Santa Lucía'', y de los caminos de los barrios de Santiago. Allá donde el mercado abre a las cinco de la mañana sus puertas, para dejar salir el olor a ''pancito'' fresco de las panaderías. Donde se escucha el grito del agricultor ofreciendo sus cosechas, el fruto de la tierra bien labrada que al final del día dará la ganancia del esfuerzo a la mano nervuda que guía la bestia con el arado hiriente sobre la tierra. Soy de tierra ''puriscaleña'' de su ''Desamparaditos'' de su ''Carit'' y sus ríos cristalinos. De sus pasos llenos de agua dulce naciente de la montaña. De aquel lugar llamado ''Cerbatana'' donde la hermosa bruma nocturna coquetea con las lunas de media noche. Donde aún se puede escuchar el violín de los grillos, y se puede ver a los lirios dando su aroma de buenas noches a los caminantes enamorados. De ahí soy, de mi bello ''Quitirrisí''... En cuyos miradores se ve extendido el arte de la mano del creador. Donde se ven los colores verdes de los valles vecinos, y el azul lejano de los montes que se inclinan para darnos los buenos días. De los atardeceres ambarinos, donde el sol cae fatigado escondiendo su brillo tras la mujer y su cabello extendido. Soy de los montes de ''Paso Hondo'', donde el viento va y viene sin detenerse. Por donde pasan los miles de hombres y mujeres a diario para ir a trabajar. De la tierra del artesano que da forma a su antojo a cualquier pieza de barro o madera. Donde el fogón no da tregua a los ''pejibayes'' que con el tizón ardiente le quita la dureza a la frutilla hasta dejarla suave como manjar de dioses. Soy de las cocinas de leña, de la mano callosa de la mujer que sabe criar hombres y mujeres de bien. Del hombre que no le teme al trabajo, que es alegremente campesino con sus ''patas rajadas'' y sus ruedos sucios, con su pañuelo al cuello y sus manos firmes. Soy de esta hermosa tierra llamada ''Puriscal'' Donde los sargentos cantan alegres su trinar, y el ''gallito'' enreda dulcemente su canción. Donde la belleza del ''bobo-chizo''
nos llena
de felicidad la vista con su plumaje. Y aún se puede caminar con un ensanchado corazón.
Soy de mi tierra bella, de mi tierra santa. Del corazón del mundo. Soy de donde me puso mi Dios.
Soy del hermoso campo de ''Barbacoas'' de ''San Juan y su ''escuelita pequeña''
Soy de ''Puriscal'' y su parque, de sus señores y sus señoras, de sus niños en bicicleta, 'de los perros que ladran cuidando la finca. Del ''empunchado'' cogedor de café, que con sus manos llenas de miel arranca el fruto rojo de las matas cegándolas hasta la próxima temporada.
De ahí soy... De mi lindo ''Puriscal''
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